Hoy día 5 de junio, se celebra el día mundial del medio ambiente declarado por Naciones Unidas para concienciar a la sociedad sobre la necesidad de cuidar el medio ambiente y dejar a nuestros hijos un mundo del que puedan disfrutar, al menos, como lo hemos hecho nosotros. El lema elegido para este año es “siete mil millones de sueños, un solo planeta, consume con moderación”. El sector agroalimentario, una año más, no ha faltado a la cita de sus compromisos con la sociedad. Y los ciudadanos ¿estamos comprometidos?
A los numerosos tweets que se pueden ver hoy en la red con el hashtag #DMMA2015 se añaden los numerosos actos desarrollados esta semana y previstos para la próxima. El pasado 2 de Junio, AECOC (organización que aglutina a todas las empresas del gran consumo), organizó su III punto de encuentro contra el desperdicio alimentario, cita anual ya consolidada en la que se puede escuchar de primera mano los esfuerzos que realizan las empresas diariamente por mejorar en este ámbito. Por su parte, el Ministerio de Agricultura, celebra la semana que viene su también ya tradicional semana contra el desperdicio alimentario, en la que están previstos numerosos actos de sensibilización al consumidor.
Hasta el momento, el mensaje que está calando en los medios no es el que se pretende con este tipo de campañas. Tras la jornada de AECOC, el titular de varios medios de comunicación apuntaba más al presunto deseo de las empresas de que no se legisle en esta materia, que al gran esfuerzo realizado por parte de los operadores del sector y la administración por reducir las cifras de desperdicio alimentario. Si tenemos en cuenta además que el 40% del desperdicio se produce en los hogares, ¿no deberían enviarse otro tipo de mensajes desde los medios de comunicación? Con el reciclaje y el cuidado del medio ambiente ocurre exactamente lo mismo. Exigimos a las empresas niveles de compromiso muy superiores a los que estamos dispuestos a llegar nosotros como ciudadanos. Si no, no hay más que pensar en lo que uno encuentra en los contenedores de basura cuando va a tirar la suya. Al exigir responsabilidad social a las empresas (que debe ser exigida), uno debe ser coherente y exigírsela también a sí mismo. Feliz día mundial del medio ambiente.
Hoy día 5 de junio, se celebra el día mundial del medio ambiente declarado por Naciones Unidas para concienciar a la sociedad sobre la necesidad de cuidar el medio ambiente y dejar a nuestros hijos un mundo del que puedan disfrutar, al menos, como lo hemos hecho nosotros. El lema elegido para este año es “siete mil millones de sueños, un solo planeta, consume con moderación”. El sector agroalimentario, una año más, no ha faltado a la cita de sus compromisos con la sociedad. Y los ciudadanos ¿estamos comprometidos?
A los numerosos tweets que se pueden ver hoy en la red con el hashtag #DMMA2015 se añaden los numerosos actos desarrollados esta semana y previstos para la próxima. El pasado 2 de Junio, AECOC (organización que aglutina a todas las empresas del gran consumo), organizó su III punto de encuentro contra el desperdicio alimentario, cita anual ya consolidada en la que se puede escuchar de primera mano los esfuerzos que realizan las empresas diariamente por mejorar en este ámbito. Por su parte, el Ministerio de Agricultura, celebra la semana que viene su también ya tradicional semana contra el desperdicio alimentario, en la que están previstos numerosos actos de sensibilización al consumidor.
Hasta el momento, el mensaje que está calando en los medios no es el que se pretende con este tipo de campañas. Tras la jornada de AECOC, el titular de varios medios de comunicación apuntaba más al presunto deseo de las empresas de que no se legisle en esta materia, que al gran esfuerzo realizado por parte de los operadores del sector y la administración por reducir las cifras de desperdicio alimentario. Si tenemos en cuenta además que el 40% del desperdicio se produce en los hogares, ¿no deberían enviarse otro tipo de mensajes desde los medios de comunicación? Con el reciclaje y el cuidado del medio ambiente ocurre exactamente lo mismo. Exigimos a las empresas niveles de compromiso muy superiores a los que estamos dispuestos a llegar nosotros como ciudadanos. Si no, no hay más que pensar en lo que uno encuentra en los contenedores de basura cuando va a tirar la suya. Al exigir responsabilidad social a las empresas (que debe ser exigida), uno debe ser coherente y exigírsela también a sí mismo. Feliz día mundial del medio ambiente.